Aquí es donde vienen muchos de los esquiadores y snowborders que no pueden aceptar que el invierno se acaba cada mes de abril.

En Suecia, como en el resto de los países escandinavos, hay una larga historia del esquí de fondo, los esquíes más antiguos, preservado en pantanos, datan de hace más de 4.000 años. El esquí alpino ha sido posible también aquí desde los inicios del deporte.

Las estaciones de esquí suecas también tienen las ventajas y desventajas de los demás países escandinavos, días cortos y fríos en pleno invierno (hay una gran cantidad de pistas iluminadas para compensar), que se equilibra con los largos días, de abril a junio, así cuando la temporada finaliza en los Alpes y en las Montañas Rocosas muchos de los mejores esquiadores del mundo se dirigen a Suecia en estas fechas.

En las laderas hay un predominio de pequeñas estaciones de esquí con poca pendiente y pistas fáciles en su mayoría en las que operan remontes de arrastre en lugar de silla o telecabinas, con excepción en los grandes complejos como Are.

Las estaciones de esquí de Suecia también son conocidas por ser particularmente de ambiente familiar; en algunas estaciones los pases son gratuitos para los niños hasta la edad de 7 u 8 años, otras cuentan con guarderías para niños muy agradables y relajadas, escuelas de esquí y los estándares de seguridad en las pistas suelen ser altos.

También tienen la reputación de presentar altos precios, pero no es realmente cierto en comparación con los Alpes o las Montañas Rocosas, excepto en el caso de las bebidas alcohólicas que si son caras. Muchas de las mejores estaciones turísticas de Suecia tienen una larga historia y se han desarrollado de manera similar a las estaciones clásicas de Suiza. Otras estaciones conocidas como Salen y Funäsdalen ofrecen extensiones de terrenos similares, aunque la mayoría son en realidad un conjunto compuesto de numerosas áreas pequeñas.

También existen experiencias únicas como el Hotel Storlien Mountain Resort, que tiene sus propios remontes, así como una amplia gama de alternativas no-ski en oferta, todas desarrolladas dentro de un entorno de ambiente histórico.

Riksgransen, y otras famosas estaciones, están vinculadas con el ferrocarril desde algo más de un siglo y es una tradición del esquí sueco subir a los trenes equipados con restaurantes, discotecas, coches-cama y salones de juego, en Estocolmo al atardecer, y pasar toda la noche de fiesta hasta llegar a las estaciones.