Para los fuera pista en nieve polvo, estaciones como Kuhtai, Kaprun, Galtür, San Antón, Lech, Zurs, Obertauern y Ischgl han resultado ser de las más constantes, tanto por sus nevadas regulares, las condiciones de sol favorables o por no pisarse de forma rápida. Vale la pena señalar que si bien St. Anton es una meca del esquí fuera de pista, suele estar muy concurrido y los remontes que dan acceso se colapsan rápidamente. Sin embargo, tiene la ventaja de contar con fuertes nevadas de un modo regular.

Las políticas austríacas no son muy estrictas en cuanto al esquí o snowboard fuera de pista. Sin embargo, es importante tener en cuenta las advertencias, porque Austria tiene en su haber numerosas muertes por avalancha. Compruebe siempre los últimos partes de nieve ya que las condiciones en los Alpes cambian rápidamente. Por lo general, las mejores condiciones en Austria llegan con los frentes del norte y noroeste, aunque se pueden esperar nevadas que dejan una buena acumulación desde cualquier dirección en la mayoría de las estaciones de mayor altitud.

Austria es uno de los seis países más importantes del mundo para el esquí y ha desempeñado un papel crucial en el desarrollo del esquí alpino durante el siglo pasado.

Hay más de 600 estaciones de esquí austriacas con diferentes dimensiones que se extienden por cada rincón del país, desde las regiones montañosas del famoso Tirol y Stiermark en el oeste, hasta los montes del este de Austria.

A diferencia de sus vecinos alpinos, la construcción de nuevas estaciones es toda una rareza en Austria. Sin embargo, muchas de las estaciones más famosas del país han sido construídos en un 95% desde cero debido a su éxito y gran crecimiento en los últimos 60 años. Casi todas las edificaciones nuevas están sujetas a una estricta normativa de planificación que consiste en mantener los chalets con un estilo clásico para que los pueblos conserven su atractivo. Esto hace que, a veces, resulte difícil distinguir entre los edificios que tienen 2 años de antigüedad o 200.

Los críticos del esquí austriaco dicen que como resultado de no construir las estaciones en las partes altas de las montañas, estas son bajas, encontrándose entre los 600 a 1.000 metros sobre el nivel del mar, y con frecuencia sus remontes principales están por debajo de los 2.000 metros, lo que implica que la capa de nieve pueda ser pobre.

De hecho, Kitzbühel, una de las estaciones más famosas es criticada por esa razón, las estadísticas publicadas muestran que su capa de nieve ha cambiado muy poco en los últimos 50 años. Quizás, en promedio, se pueda observar una ligera variación con la década de 1960, pero por lo demás es bastante constante.

Austria también supera a sus vecinos, y a cualquier otro país del mundo, en estaciones de esquí situadas en glaciares. Durante gran parte de los 7 meses que van de mayo a noviembre, cuando hay pocas estaciones abiertas, Austria cuenta con hasta ocho estaciones; mientras que en otros países, al norte del ecuador, no se encuentran más de tres. Esto incluye el remonte más alto del país, en el glaciar de Pitztal, a 3.440m.

Austria fue el destino más popular entre los esquiadores británicos en la década de 1970 y 1980, y en la actualidad, sigue siendo el segundo más popular después de Francia. Carece de las enormes estaciones de los Alpes franceses, la zona más grande conecta los 280 kilómetros de Skiwelt y los 160 kilómetros de Kitzbühel, pero los fans de Austria señalan que las pistas son más variadas, con bajadas a través de bosques, agradables restaurantes de montaña hechos en madera donde poder darse un descanso ( en lugar de las típicas cafeterías al estilo servicio de autopista) y los precios del forfait generalmente de un 10 a un 20% más barato.

El precursor del esquí alpino del que todos disfrutamos hoy en día, se inició en las montañas más pequeñas cercanas a Viena. El pionero, Mathias Zdarsky, desarrolló, a partir de la técnica del Telemark noruego, inventada 40 años atrás, el primer estilo alpino en 1905 y enseñó a miles de personas los fundamentos básicos, muchas veces, en enormes clases grupales de hasta 100 personas. En pocos años la técnica de Arlberg había aparecido en St Anton, pionera en este momento por un tal Johann Hannes Schneider, quién más tarde desarrolló el esquí de pista popularizado en todo el mundo, apareciendo en películas como "Schneider", llevando luego la invención a Japón antes de su partida a los EE.UU. librándose así de apoyar a los nazis. En su lugar, ayudó a capacitar a la división de montaña del Ejército de Los Estados Unidos, soldados veteranos de post-guerra, que se encontraban trabajando en el desarrollo de las estaciones de esquí en los estados del oeste de EE.UU, como Colorado.